El derecho al trabajo y la urgencia de un sistema de certificación con reconocimiento internacional en México

El derecho al trabajo y la urgencia de un sistema de certificación con reconocimiento internacional en México.

El derecho al trabajo no termina en nuestras fronteras. Es una garantía constitucional, pero también una necesidad humana que hoy se ejerce en un contexto global. Millones de mexicanas y mexicanos migran buscando mejores condiciones laborales, muchas veces llevando consigo habilidades valiosas, pero sin un documento que las respalde fuera del país.

En México, la certificación de competencias laborales sigue siendo fragmentada, poco conocida y, lo más grave, sin una estructura de homologación internacional sólida. Esto debilita la posibilidad de que los trabajadores accedan a empleos formales en el extranjero, incluso cuando tienen la experiencia y las capacidades para desempeñarlos.

Las consecuencias son claras: migración irregular, explotación laboral y subutilización del talento mexicano. Un soldador certificado en el país por su experiencia no puede acreditar su capacidad en Canadá o Estados Unidos sin volver a certificarse. Lo mismo sucede con cuidadores, electricistas, técnicos industriales, estilistas y un largo etcétera.

¿Por qué la Secretaría del Trabajo y el IMSS —instituciones clave en la formación y validación de habilidades— no han impulsado con firmeza un sistema de certificación de alcance internacional? ¿Por qué seguimos sin convenios amplios y operativos que reconozcan nuestras competencias en países de destino migratorio?

La respuesta parece estar en una falta de voluntad política y en una visión pobre y limitada del derecho al trabajo. Un sistema homologado no solo beneficiaría a los migrantes, también fortalecería la calidad del empleo dentro de México y abriría nuevas oportunidades de movilidad laboral legal.

Hoy, más que nunca, es momento de poner sobre la mesa la creación de una estrategia nacional de certificación con reconocimiento internacional, respaldada por acuerdos bilaterales, con participación del sector privado y con visión de futuro.

Migrar legalmente también requiere documentos. Y el más importante de ellos podría no ser el pasaporte, sino una constancia que diga: "Sé hacer esto, y puedo demostrarlo en cualquier parte del mundo."