Hace ya algún tiempo circulaba por Insurgentes Norte a la
altura de Tlatelolco en un semáforo de esos que abundan tanto en la Ciudad de
México, pasó uno de los incontables vendedores que hay en la ciudad, este en
especial ofrecía manitos de plástico para rascarse la espalda, ya sabe usted de
esas largas y delgadas manos hechas en China, recuerdo que estábamos muy escasos
de personal en obra y no había ayudantes
(lo que en el argot de la construcción se conoce como media cuchara) que son
los que te hacen la mezcla te suben los tabiques etc. Recuerdo que le pregunte
a boca de jarro, oye, ¿No quieres una “Chamba”? el por unos segundos quedo
desconcertado pero sin embargo se le ilumino la cara y me dijo shhh que suave
Siiiii !!! al verlo tan entusiasmado le pregunte si alguna vez había hecho
mezcla (cemento y arena) el desconcertado nuevamente se quedo viéndome y
después de unos segundos se dio cuenta de lo que sucedía … y entre
sonriente y pícaro me dijo, hay
Jefe…Nooooo!, yo le entendí que si quería una… ¡Chava!!! … no pus esas siiii,
pero ¿una Chamba? , Nooo que….me va mejor aquí…!!! no me quitan disque
impuestos, trabajo lo que quiero y esta más descansado pero gracias
patrón (eso si educado el muchacho…)
Arranque el auto entre desconcertado, decepcionado y
sorprendido, pero la verdad, en su lógica creo que tiene razón, las cosas son
mas fáciles a quien no tiene un empleo formal, cosas del “neo mercantilismo y
la globalización”.
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